Los nervios me ataban pero yo seguía jugando, hasta el último minuto. Siempre.
Y gané y todo se terminó, se vino abajo, se calmó. Me miraste y susurraste "se acabó" pero sin convencerte a ti mismo, había pasado demasiado deprisa...
Pasaron las horas y lo vi en tus ojos, lo escuche escondido en tus palabras, y al final escrito en internet: "reiniciamos"...
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